Colegio Paulo VI, 50 años de enseñar con pasión
Desfile del 6 de agosto de 2018. |
Por: Luzgardo Muruá Pará
Similar a lo que acontece con el vino,
mientras más añejo indiscutiblemente mejor, algo semejante le acontece al
acreditado colegio Paulo VI cuya filosofía de educar para forjar buenos
ciudadanos se consolida más que nunca al cumplir este año sus Bodas de oro al
servicio de la pedagogía boliviana.
Pero este afamado proyecto hoy no sería
tal de no haber sido por un hombre con la audacia suficiente para proyectar y
con la habilidad necesaria para ejecutar como lo fue don José Pedro Ugarte,
fundador del Paulo VI.
Oriundo de la provincia Arque y, paradójicamente,
sin haber tenido la oportunidad de concluir el ciclo de primaria, don José
Pedro –asociándose con otro visionario como don Mario Granier Ortuño- echaron a
andar este proyecto, allá por el año 1968. El nombre elegido: Paulo VI, en
homenaje al papa que trabajó arduo por los jóvenes y puso en marcha varios cambios
en la Iglesia Católica, y que este 14 de octubre de 2018 fue canonizado por el
Papa Francisco.
Alumnos destacados. |
De este modo el colegio comenzó a
funcionar en una casa particular, en alquiler, según Dunia María Ugarte Vasquez,
una de los diez hijos de don José, quien hoy espolea las riendas del Paulo VI
en su condición de Directora General y Gerente Administrativa.
Como casi siempre ocurre con las grandes
obras o nobles ideas, llegaron momentos duros en ese afán de consumar la
institución educativa. Es más, ante la idea de desaparecer del mapa, hubo la
necesidad de acudir a prestamistas usureros para que el colegio no muriera.
Pero como en algún momento el destino se
corrige y endereza los entuertos, llegó un día de gracia para don José: Lograron
comprar un lote, y ahí comenzaron a construir los ambientes del futuro colegio.
En aquel entonces don José laboraba como
contratista en la construcción de puentes, y todo lo ganado era destinado al
colegio. Desde entonces la progresión de la Unidad Educativa Paulo VI no hizo
más que afirmarse, hasta hoy, a decir de Dunia María.
Promoción 1984. |
50
años no son poco
El colegio Paulo VI desde su inicio funciona
en la zona de Villa Galindo: el nivel secundario en la calle Francisco Viedma,
y el nivel inicial en la avenida Perú. Cuenta con 670 alumnos y un plantel
docente de 50 profesores, incluida la administración. Todo el colegio cursa las
clases durante la mañana.
“Somos un colegio mediano, pero
dispuestos cada día a dar todo para hacer de nuestros alumnos buenos
ciudadanos”, señala Dunia María a tiempo de incidir que su fortaleza son las
ciencias exactas.
En virtud a esa extraordinaria
trayectoria, hoy luce en sus vitrinas sendos reconocimientos por parte del
Parlamento Nacional, la Alcaldía Municipal, el Ministerio de Defensa, entre
tantos otros.
La promoción 92, cuando estaban cursando el tercer de primaria. |
“Todos los días son memorables, todos
los momentos son importantes”, resume la Directora general.
“Cada día es un reto, pero es algo
emocionante, me apasiona…es un reto”, suspira Dunia María mientras sus ojos
claros destellan ese brillo propio de quien asume plenamente que la educación
es una labor de mucho compromiso social. Ella estudió Derecho, pero la
Pedagogía es lo suyo.
Carlos Salinas Herbas, abanderado de la promoción 1969. |
No obstante, eso no evita los tropiezos
que toda institución encuentra en su devenir. “Una de nuestras mayores
preocupaciones es ver que en muchas circunstancias los padres no acompañan a
los hijos en su educación, es frustrante comprobar que debido a ello se han
perdido muchos valores. Priorizamos y colocamos en primer lugar el hacer
dinero, como si eso fuera lo más importante. Hay decadencia”, señala afligida
Dunia María Ugarte.
A ello hay que añadir que una entidad
educativa, por más que su filosofía sea la enseñanza, no deja de ser una
empresa, y en este caso una empresa familiar, lo cual conlleva cumplir con
salarios, impuestos, seguros, en fin, obligaciones que la administración del colegio
Paulo VI mantiene como una de sus prioridades. Eso sí, a costa de mermar
recursos para otros insumos netamente pedagógicos.
De todas formas, el espíritu de la
Dirección y del plantel docente complementan este dogma de “educar con el
ejemplo”.
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